Estambul (I): Taxis

Sin duda Turquía es uno de esos países a los que es difícil clasificar. Europeo y asiático al mismo tiempo. Musulmán pero laico. Moderno y a la vez tradicional. Equidistante políticamente de israelíes y palestinos.
Y Estambul como antigua capital del Imperio Otomano y repartida en dos continentes es el principal exponente de los dualismos europeo-asiático, musulmán-laico, moderno-tradicional,... La antigua Constantinopla es una ciudad plagada de minaretes y mezquitas con una arquitectura que evoca a tiempo pasados, pero a la vez es una gran urbe con un tráfico intenso. Una de las cosas que más puede sorprender al visitante en Estambul son sus taxis. Mientras que en España estamos acostumbrados a que los taxis sean modelos de berlinas como el Skoda Octavia, el Skoda Superb, el Seat Toledo o el Ford Mondeo, al llegar a Estambul te encuentras con pequeños taxis amarillos que en su mayor parte son las versiones sedán de modelos utilitarios como el Fiat Punto, el Renault Clio o el Hyundai Accent. Echando un vistazo al resto de vehículos que transitan por las calles se observa gran cantidad de Renault Megane y Clio (hay una factoría de Renault en Bursa), Fiat y marcas coreanas. Es menos frecuente ver marcas como Volkswagen o Audi.
Es lógico que el parque móvil esté compuesto en su inmensa mayoría por utilitarios de marcas de coste medio-bajo. Turquía, a pesar de llevar tiempo llamando a la puerta de la Unión Europea para entrar en el club de los 27, tiene una renta per cápita del 25% de los paises de la UE-15, y eso se nota en detalles como el tipo de coches que usan.