sábado, 14 de marzo de 2009

El Padrino y la Cuenta Emocional


En un reciente seminario sobre "Gestión de Equipos" al que asistí el año pasado, el Profesor Manuel García Palomo presentó el concepto de Cuenta Emocional, el cual a mi particularmente me pareció muy interesante. Básicamente, Manuel García Palomo en su seminario nos transmitió que un líder siempre debe tener un saldo positivo en la Cuenta Emocional con respecto a su equipo. ¿Como funciona la Cuenta Emocional?... pues como una Cuenta Bancaria en la que se hacen depósitos o retiradas de efectivo. Stephen R. Covey en su archiconocido "Los siete hábitos de la gente altamente efectiva" nos dice que cada vez que hacemos algo con respecto a los demás, depositamos o retiramos de la Cuenta Emocional que tenemos con ellos. Así, cada vez que faltamos a nuestra palabra con alguien, retiramos de nuestra cuenta con esa persona, reduciendo el saldo. Por el contrario, cada vez que cumplimos nuestra palabra o, mejor aún, vamos más allá, se produce un depósito en la cuenta, incrementándose el saldo. Una persona con la que tengamos un saldo positivo será con quien podamos construir una relación duradera. Con quienes tengamos saldo negativo, no existirá confianza y, por lo mismo, no se podrá hacer equipo ni trabajar interdependientemente con otros.
Cuando el Profesor García Palomo contaba todo esto, me vino a la cabeza la escena inicial de una de las mejores trilogías cinematográficas de la Historia, El Padrino:



El liderazgo de Vito Corleone (magistralemente interpretado por Brando y De Niro, uno no sabe con cual quedarse) está en parte basado en la Cuenta Emocional. Corleone no es solo poderoso porque tenga pistoleros a sueldo y mucho dinero, también intenta mantener un saldo positivo de la Cuentas Emocionales con respecto a los demás. Así en esta primera escena de la trilogía, Bonasera (que tiene una funeraria) quiere pagar a Corleone por vengarse de los hombres que han violado y agredido a su hija. Don Vito se niega a cobrar por ese trabajo y lo que consigue es recobrar el respeto de Bonasera y que esté en deuda con él. Cuando Vito Corleone se despide de Bonasera, le recuerda que quizá algún día le pida ayuda. Al final de El Padrino, Don Vito solicita a Bonasera que aplique toda su habilidad con el cadáver de su hijo Sonny, asesinado por una familia rival.
El ascenso de la familia Corleone, desarrollado en la segunda parte de la trilogía, tiene en las Cuentas Emocionales uno de sus grandes pilares, aplicando el joven Vito Andolini-Corleone (interpretado por Robert de Niro) el lema "para recibir, primero hay que dar".

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